Sobre Nosotros

El Vórtice se inspira en la espiral de la Tradición. La espiral como símbolo transversal a toda cultura y tiempo, aunque el lugar de enunciación de nuestros ensayistas se encuentre en la Iberoamérica del siglo XXI. Decía Jean Chevalier que la espiral representa los ritmos repetidos de la vida, el carácter cíclico de la evolución. Precisamente, intentamos dilucidar la realidad perenne detrás de lo cambiante y efímero.


De la política nos interesa lo metapolítico. De la industria y tecnología nos interesan la soberanía, la técnica y la voluntad de poder. Del hombre nos interesan su devenir y modos de trascendencia.


Los falsos vórtices, que son más bien como las vorágines, nos arrastran hacia la noticia del día, hacia el chismorreo y la farándula, hacia la crónica del último gol. Es decir, nos abrazan y comprimen contra la avidez de novedad, la distracción y la confusión cotidiana. Si tuviéramos que delimitar un enemigo político y estilístico, sería ese. En contraste, nuestro propósito y propuesta es escapar de esos laberintos, huyendo hacia arriba, sin necesidad de recorrerlos completos ni de regresarnos a sus entradas, que ya están selladas.


Por eso preferimos nutrirnos del zumo de la fruta. Nos obligamos a ver con la glándula pineal. Escuchamos al logos y sólo después a sus mensajeros. Procuramos enriquecer el silencio, no ensuciarlo con más ruido. Aspiramos a ser leídos ahora y dentro de tres generaciones.


Somos la doble enroscadura de la serpiente alrededor del caduceo, la curva sinuosa que divide el yin del yang. Nos es afín el secreto del ADN y también el coletazo geométrico de la razón áurea. Nuestros ensayos y entrevistas son pórtales hacia el centro desde donde revolucionan todas las cosas. Te invitamos a entrar a El Vórtice.